La inteligencia emocional en niños y su importancia para el futuro

La inteligencia emocional en niños es un factor importante durante sus primeros años, además será fundamental para la gestión emocional en el futuro. Las actividades para desarrollar la inteligencia emocional en niños permiten estimular ciertas respuestas afectivas, que pueden poner en práctica en circunstancias de su día a día.

 

Qué es la inteligencia emocional y cómo se aplica en programas docentes

La inteligencia emocional se basa en una serie de capacidades personales orientadas al control de las emociones y las respuestas afectivas. Las emociones nos afectan personalmente, pero también juegan un papel importante en nuestras relaciones con los demás, por eso es importante desarrollar un aprendizaje adecuado desde edades tempranas.

Cada vez son más los programas lectivos que incluyen enseñanza emocional. La importancia de la inteligencia emocional en niños reside en situaciones presentes y futuras. Los alumnos aprenden a rechazar comportamientos relacionados con el bullying, el acoso escolar, conductas egoístas, etc., y además desarrollan respuestas emocionales básicas para su posterior edad adulta.

Los programas docentes que incluyen este tipo de aprendizaje permiten exponer al alumno a diferentes circunstancias en las que debe dar una respuesta emocional adecuada, este comportamiento se puede extrapolar a situaciones a las que tendrá que enfrentarse fuera del aula.

 

La autoconciencia como parte de la inteligencia emocional

La inteligencia emocional en niños comienza con la percepción de la autoconciencia emocional. El alumno aprende a sentir y gestionar una serie de conductas afectivas que le van a afectar personalmente y de las que depende gran parte de su bienestar psicológico. La autoconciencia emocional incluye respuestas autocríticas, basadas en la propia evaluación que el alumno hace de sí mismo. El objetivo principal es que el propio alumno refuerce su confianza, pudiendo afrontar cualquier situación emocional presente y futura.

Cuando hablamos de la importancia de la inteligencia emocional en niños, habitualmente asociamos este tipo de actividades con las competencias interpersonales, sin embargo, las competencias emocionales siempre van a influir de manera personal, esa es la razón por la que uno de los objetivos básicos es generar una conciencia propia en el alumno.

 

Juegos para aprender a gestionar emociones

La parte lúdica de la gestión emocional es el mejor método de enseñanza. La mayoría de juegos orientados a estimular respuestas afectivas se basan en roles. Lo que buscamos es que el alumno pueda vivir diferentes circunstancias, con las que se vea

obligado a generar distintas respuestas emocionales. Estos juegos fomentan diversas situaciones en las que el alumno adquiere diferentes roles y debe tomar decisiones que le afectan tanto a ellos mismos como a los demás.

Las decisiones que el alumno ha tomado durante la actividad le van a enseñar a ofrecer respuestas afectivas en situaciones reales. Lo que buscamos es generar situaciones en las que el alumno debe decidir en función de valores como la solidaridad, la empatía o la amistad incentivando ciertas respuestas emocionales.

 

¿A qué edad se aprenden las respuestas emocionales básicas?

Los expertos indican que a partir de los 2 años un niño comienza a asimilar ciertas respuestas afectivas. Los cursos de primaria, aproximadamente desde los 5 a los 11 años, son el período en el que se aprenden las estrategias emocionales que vamos a utilizar durante nuestra vida, por eso las habilidades afectivas son cada vez más importantes en los programas lectivos durante estos cursos.

Desde los 2 a los 5 años una persona es capaz de identificar ciertos comportamientos afectivos en otras personas, generando respuestas acordes. A partir de los 5 años un niño puede tomar decisiones que le afectan emocionalmente, a esta edad ya identifica valores como la tolerancia, la responsabilidad, la amistad o la confianza, los años posteriores le permiten poner en práctica esta experiencia emocional.

Una vez finaliza la época de enseñanza primaria, aproximadamente a los 11 años, el alumno habrá superado todo tipo de experiencias emocionales, tanto personales como interpersonales, y por tanto habrá adquirido una experiencia suficiente como para empezar a afrontar situaciones relacionadas con la vida adulta.

 

La importancia de controlar los estados de ánimo

Los aspectos externos, en muchos casos incontrolables, van a tener una importancia crucial sobre nuestro bienestar emocional, es importante controlar nuestro estado de ánimo, disminuyendo la importancia de factores externos.

Las actividades para desarrollar la inteligencia emocional en niños van a propiciar un equilibrio entre la empatía (capacidad para ponerse en el lugar de otros) y el autocontrol emocional, de esta manera un niño será capaz de actuar en base a valores sociales, mientras aprende técnicas de control emocional.

Controlar los estados de ánimo no se basa en suprimir las emociones que podemos sentir en nuestro día a día, al contrario, debemos experimentarlas con naturalidad, dando a cada situación la importancia que merece.

Lo que buscamos es adquirir un equilibrio emocional capaz de mantenerse en cualquier circunstancia, gestionando situaciones que podrían poner en peligro la estabilidad emocional. Un alumno de primaria puede comenzar a solucionar situaciones que requieren un cierto control emocional.

 

Aprendiendo a reconocer las emociones

Una de las tareas básicas durante el aprendizaje en edades tempranas se basa en aprender a reconocer las emociones. Poner nombre a lo que sentimos y reconocer esas mismas emociones en otros es muy importante, por eso muchas de estas actividades se basan en nombrar e identificar emociones.

Ya sea durante la experiencia personal o mediante experiencias ajenas, los alumnos de primaria pueden aprender a reconocer emociones que, en el futuro, van a sentir en primera persona. Dibujar emociones, tratar de adivinar cómo se siente otra persona o imitar ciertas expresiones afectivas puede ser de gran ayuda a la hora de reconocer y poner nombre a diferentes emociones.

Las respuestas emocionales que aprende un alumno durante los años de educación primaria van a ser la base afectiva durante su edad adulta, por eso es importante insistir en la importancia que tiene hoy día el plano emocional en la educación y las ventajas de enseñar a los alumnos a gestionar sus comportamientos y emociones.

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Bajo esta premisa, nuestros expertos educativos han preparado este contenido como parte de la iniciativa “ISP EDUCATION TALKS”, un recurso útil para obtener información y asesoramiento en temas claves para la educación de nuestros hijos.