El bienestar en el desarrollo de los niños y adolescentes

La Doctora en psicología y Directora del departamento de orientación educativa y psicopedagógica en Newton College, Maravillas Amorós, dirige esta charla acerca del bienestar y desarrollo educativo de niños y adolescentes, acompañada por, la pediatra y escritora Lucía Galán  y Johanna Habiak, mujeres emprendedoras y madres. A continuación, os resumimos en varias cuestiones y respuestas, los temas tratados en dicha charla.

¿Qué impacto tiene el bienestar en el desarrollo de los niños y los adolescentes?

Cuando los padres elegimos el colegio en el cual queremos que nuestros hijos se desarrollen, es fundamental que tengamos en cuenta su bienestar, porque de ello dependerá que se desarrollen de una manera u otra.

¿A qué nos referimos con bienestar?

Se describiría como esa sensación subjetiva de satisfacción y de tranquilidad, que tiene un impacto muy relevante en todo nuestro funcionamiento, calidad de vida y salud. Lo que observamos, lo que aprendemos y lo que experimentamos, tiene una influencia muy importante en todo nuestro desarrollo y comportamiento. Se ha demostrado que las carencias en el bienestar pueden provocar o tener consecuencias muy graves en el desarrollo de nuestros hijos.

¿Cuáles son los 3 grandes factores del bienestar?

  • Bienestar psicológico. El factor psicológico o la dimensión psicológica del bienestar, que tiene que ver con lo que sentimos, pensamos y hacemos. 
  • El bienestar subjetivo. Sentir placer frente al no sentirlo por algo, esa sensación subjetiva e individual por aquello que nos da tranquilidad y satisfacción.  
  • El bienestar social. En esta dimensión entraría la presencia o no de satisfacción en nuestras interacciones con los demás.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a incrementar el bienestar en etapa de desarrollo?

El cumplimiento de las expectativas, o el Efecto Pigmalión, defiende que la perspectiva que los demás tienen de nosotros, va a influir en lo que pensamos y en cómo hacemos las cosas.

Con este frenético ritmo de vida, a los padres se nos olvida también que, realmente, lo que educa es el ejemplo que nosotros damos.

Se ha comprobado que la dimensión psicológica es muy importante, porque como padres, además de ser modelos, podemos ayudarles a incrementar su autoconfianza.

Para que nuestros hijos tengan confianza en sí mismos, deben entender que hay situaciones a las que tendrán que enfrentarse a lo largo de su vida, en las cuales no van a tener el 100 % del control, y debemos ayudarles a manejar ese nivel de incertidumbre para ayudar a incrementar el bienestar de nuestros hijos. Esto disminuye nuestro nivel de preocupación, y ayuda a mantener un nivel de estrés tolerable y, por lo tanto, una salud más óptima. Además, les va a proporcionar el conocimiento y las herramientas que necesitan para mantener un equilibrio entre aquello que pueden controlar y lo que no.

Ejemplos de lo que perciben los niños y cómo afecta el bienestar en el desarrollo.

Lucía Galán nos ha comentado varios ejemplos ocurridos en su consulta:

“Cuando vienen a consulta niños con sobrepeso o, incluso, obesidad y los padres toman conciencia del problema que supone para la salud física y emocional del niño, les pregunto si comen fruta, verdura o ensalada. Me responden que no, y me solicitan las pautas para el niño, a lo que yo respondo que tienen que entender que, si le vamos a dar al niño a partir de ahora alimentos más saludables, es necesario tener el ejemplo en la alimentación familiar.

Unos padres se quejaban de que su hijo tenía muchas faltas de respeto hacia ellos e, incluso, alguna vez les pegaba. El niño quiso interrumpir un conflicto entre sus padres, que estaban elevando la voz, y la madre le dió en la cabeza y le dijo: “Pero cállate, ¿no ves que estamos hablando?”. No se puede pretender que el niño gestione bien sus sentimientos y su comunicación si sus ejemplos más cercanos no lo hacen.

Detrás de un niño que tiene un comportamiento muy disruptivo, en ocasiones, el origen no está en lo que está pasando fuera, sino en qué tipo de ejemplos percibe en casa. 

Venía una familia a consulta y les preguntaba a los niños qué querían ser de mayores, y el pequeño de cinco años, decía: “yo lo que sea menos trabajar”. Eso se debía a que los padres comentaban lo tedioso que les resultaba ir al trabajo y lo animados que estaban cuando tenían días libres. 

Sin darnos cuenta esos mensajes que transmitimos calan en los hijos y, al final, ese niño llega a la conclusión de que a sus padres no les gusta ir a trabajar. Si hablamos de trabajo, debemos buscar algo positivo.

Muchas veces las situaciones pueden llegar a ser difíciles y estresantes, pero es importante reflexionar y darnos cuenta de que somos un modelo para nuestros hijos. Esas expectativas que ponemos en nuestros hijos, se ven influenciadas al ser nosotros modelos de comportamiento,  y van a intervenir en el comportamiento de los niños.”

¿Cómo crees que el lenguaje influye también en ese bienestar?

Los pensamientos pueden ser más positivos o negativos, y hacernos sentirnos mejor o peor. Hay una frase de Desmond, que dice que del lenguaje se crea la realidad que describe. Esto nos habla de la importancia del lenguaje positivo, que nos define, nos construye como personas, y, en contrapartida, el lenguaje negativo puede mandar a nuestro cerebro mensajes de autodestrucción.

Nuestros pensamientos y nuestro lenguaje crean nuestra realidad, así que hay que tener sumo cuidado con lo que pensamos, y cómo nos comunicamos, sobre todo si los frutos que cosechamos no son los esperados”. 

Una auto-verbalización negativa afecta a lo que sentimos y, por lo tanto, también va a condicionar muchas veces nuestro comportamiento.

¿Cuál es el impacto que el lenguaje tiene en el desarrollo de los niños y desde cuándo?

Desde el mismo momento en el que nacen, incluso antes, ya nos escuchan, perciben los sonidos, el latido de su madre y reconocen voces.

El cerebro de los niños se desarrolla en función a los estímulos que reciben, porque una parte, viene determinado por la genética, pero la otra, y cada vez más importante, viene determinada por el ambiente.

Desde el primer momento tu bebé ya reconoce tu voz y, poco a poco, va a ir reconociendo tus gestos, tu manera de acariciarle, la forma en la que susurramos, levantamos un poco la voz…Estas señales le van a ayudar a identificar esos sentimientos.

Comuniquemos a nuestros bebés desde el primer momento, tanto con la comunicación verbal como no verbal.

Se avanza mediante ensayo y error. El conflicto bien gestionado, nos ayuda a ese avance, pues los errores nos van a ayudar a fomentar a desarrollar esa capacidad de tolerar la frustración y de convertirla en algo positivo, que ayude a gestionar los sentimientos y acciones.

¿Cuáles son los factores de protección o las variables que pueden incrementar ese bienestar y esa sensación de tranquilidad y de felicidad en nuestros hijos y en su vida futura?

El triángulo formado por los padres, sus hijos y el colegio es fundamental, todos debemos llevar la comunicación en la misma dirección.

Nuestra prioridad es el bienestar de vuestros hijos, por ello en nuestros centros fomentamos el aprendizaje basado en proyectos, en el ensayo y el error, en el que no teman a equivocarse. Queremos que tengan un entorno donde se sientan cómodos y desarrollen todo su potencial, y que adquieran conciencia sobre la relación entre la salud mental, la salud física y el medio en el que vivimos. Trabajamos muy duro para que aprendan habilidades para la vida, cómo solucionar sus conflictos de una manera pacífica, que se sientan seguros y felices. 

Es importante humanizarnos y que ellos sean conscientes de algunas de nuestras equivocaciones.

A veces los padres solemos preocuparnos muchísimo sobre cualquier tipo de conflicto que pueda generar en nuestros hijos, pero debemos ayudarles, con paciencia, dándoles herramientas para que estén preparados para la vida y dejando que aprendan a arreglar sus problemas.

¿Es importante enseñar a nuestros hijos a aprender de los errores, a que se frustren, a que a veces fallen? ¿Qué importancia tiene el error en la vida de un niño?

La vida son muchas caídas, muchas equivocaciones. Es ahí donde está el verdadero aprendizaje. Vivimos los errores de nuestros hijos como fracasos, pero son un paso más hacia la excelencia, hacia el ser mejores personas, mejores profesionales. 

Aprendes cuando tú sabes que yendo por ese camino no te ha ido bien, la próxima vez que vuelvas a encontrarte con un camino parecido, automáticamente tu cerebro te desviará del lugar.

¿Hasta qué punto es importante la autoridad de los padres?

Los niños pequeños distinguen lo que está bien o mal mediante el ensayo y error, por ello, hay cosas que podemos negociar, pero otras en las que nos tenemos que mantener en el “no” para guiarlos de la mejor manera posible.

A medida que van creciendo y comprendiendo mejor los límites, podemos negociar muchas más cosas, y la adolescencia es pura negociación.

La negociación es una herramienta que les va a ayudar a manejar esos momentos de frustración y a entender que, si quieren algo, tendrán que dar motivos para ello.

Los padres somos la primera figura de autoridad más importante, por lo que, con mucho cariño y respeto, hay que poner límites. Las normas deben ser enseñadas antes de los siete años, porque después se hace todo un poquito más difícil.

Por supuesto que debemos estar ahí para apoyar a nuestro hijo, pero no podemos hacer las cosas por él. Debemos enseñarle hasta que estemos seguros de que sabe hacerlo de forma natural.